2010/04/04

LA HORA DE LA MANGOSTA


LINDA BERGQVIST


“Mujeres y hombres no son una misma raza”, afirma un extraño grupo que mantiene abierta su página en Internet, “sino dos especies diferentes”. Sus miembros, del sexo femenino, según cabe suponer, sostienen esta idea en base a supuestos argumentos científicos, a referencias literarias, informes psicológicos y leyendas de pueblos de los cinco continentes.

“Acostarse con hombres es como hacerlo con monos, lobos o caballos”. “Es algo que va contra la naturaleza”, dicen. “La procreación es un rasgo evolutivo que las mujeres fuimos perdiendo durante años de dominio”. “Únicamente comprendemos, hoy día, el sexo con hombres para traer nuevas mujeres al mundo”. No obstante, ven la clonación a partir de sus propias células como una alternativa abierta por la ciencia a las mujeres para perpetuarse.

Las integrantes de este grupo se reconocen entre ellas por signos escritos en la entrada de sus casas, por palabras clave que intercalan en sus conversaciones, por pasapáginas de sus libros o por movimientos de las manos en direcciones opuestas. Utilizan pulseras, anillos o collares cuyo significado solo ellas conocen. También se comunican por correo electrónico o por mensajes de móviles.

En sus textos utilizan frecuentemente símiles con animales. Los hombres son culebras o serpientes, ellas panteras, leonas o mangostas, los pequeños animales que son capaces de derrotar a las serpientes más venenosas.

Esta mañana he vuelto a entrar a su página, que tengo seleccionada entre mis favoritas. Allí he leído: “No pretendemos exterminar al hombre, pero tampoco dejaremos que nos esclavice, que decida por nosotras. El futuro es nuestro”. “Ya se acerca, ya está aquí la hora de la mangosta”.